lunes, 7 de septiembre de 2015

EL ESTRÉS DEL CUIDADOR

¿Se puede evitar el estrés del cuidador?
Difícil pero... ¿Podrías?

Establecer objetivos realistas para conseguir cosas factibles, teniendo en cuenta tu capacidad, limitaciones y el mundo en el que vivimos...

Realizar lo mismo de forma diferente e intentar huir de la rutina, esto supone disfrutar de un mayor sentido de autonomía y de libertad personal.

Hacer una pausa antes de dar una respuesta a una pregunta impertinente o una situación indeseada, para manejar mejor las emociones.

Acentuar los aspectos positivos de lo que haces, pensar en los pequeños éxitos y gratificaciones para contrarrestar la frustración y el fracaso que observamos a nivel global.

Analizar tus reacciones y reflexionar sobre el por qué de las mismas. El autoanálisis debe ser constructivo.

Descansar siempre que sea necesario. El estrés sobrante es una sobrecarga que no permite evolucionar.

Ponerte fronteras entre lo que puedes hacer y lo que, por más que quieras, no puedes hacer.

Cuidar tu vida privada y aficiones, al menos treinta minutos al día son para ti.

Cuidar los vínculos con tus amigos, pareja, familia... Aunque no se sientan implicados como tu, sufren viéndote sufrir.

Hay estudios que indican que la gente con algún tipo de creencia religiosa experimenta menores niveles de estrés. Si no tienes creencias religiosas podrías ritualizar las pérdidas o los fracasos igual
que ritualizas o celebra las alegrías y logros. Es una forma de aceptación.

Podrías considerar escuchar otras visiones, permitir que tu cerebro considere que lo que tu interpretas de lo que estás viendo no es la única forma posible de abordar esa realidad.

Mirar las dificultades como retos y no cómo obstáculos y pensar que nadie te está pidiendo que los superes de forma individual, ni demostrar lo que vales, te esfuerzas o consigues.

Practicar ejercicio. Si no puedes correr, camina, pero muévete.

Reducir hábitos poco sanos como alimentarte de forma incorrecta y desajustada a tus necesidades nutricionales, si no cuidas tu cuerpo éste no te podrá acompañar en condiciones a lo largo de tu vida y no tendrás la fuerza y la capacidad necesaria para ayudar a otros en las mejores condiciones.

Realizar pequeños cambios en tus rutinas, pronto tendrás la sensación que puedes variar otras cosas que ahora consideras inamovibles.

Delegar y confiar en otras personas y aprender a decir NO cuando no puedas asumir más tareas.

Identificar dos o tres prioridades de tu trabajo y dedicarte “sólo” a ellas.

No malgastar tiempo, energía y recursos en discusiones inútiles con otros compañeros, todos sufrimos estrés y lo mejor individualmente y en grupo es gestionar bien ese sufrimiento.

En la mayoría de los casos de funciona un buen apoyo de la pareja, compañeros y amigos, pero no puedes abusar de ellos. Si no puedes con ello, pide ayuda profesional. No te mereces menos y los animales que necesitan tu ayudatampoco.

FUENTE: GEACAT

No hay comentarios:

Publicar un comentario